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Marc Gil / @kertakz

La pequeña de cuatro hermanos, todos ciclistas hasta juvenil y amateur; sobrina de la presidenta de la Federación Riojana de Ciclismo (Begoña Ruiz) y con una familia ligada al deporte de los pedales desde varias generaciones atrás.

No es de extrañar, pues, que Sheyla Gutiérrez, también conocida como The hippy Lion (apodo cariñoso puesto por su compañera Alison Tetrick y en palabras de la propia Sheyla debido a su forma “existencialista” de ser), cuente ya, a sus 23 años, con varios resultados destacables. Es, sin duda, la gran joya del ciclismo femenino español.

Después de su victoria en Le Samyn des Dames el pasado 1 de Marzo, además de ser  la primera corredora nacional capaz de ganar una prueba UCI fuera de territorio español desde 2008 (Grand Prix de Plumelec-Morbihan Dames (1.1) 2015), la riojana ha ido dando pasos en firme hasta convertirse en la gran referencia española.

Ya desde sus inicios, y como explica su tía, Sheyla era una niña que siempre estaba «pensando en la bicicleta”, un hecho que no nos extraña después de comprobar la potencia de sus latigazos para adjudicarse una prueba con terreno adoquinado, con todo lo que ello conlleva.

Pero ahí estaba ella, pedaleando hacia la gloria mientras su tía permanecía enganchada a Twitter para seguir la carrera, actualizando continuamente su timeline y esperando información sobre su sobrina. Lo mismo ocurría con su tía-abuela de 101 años, su fan número uno. Ambas derrocharon toda su energía en el momento en que la corredora del Cylance Pro Cycling levantaba los brazos en línea de meta.

Volviendo a su vida profesional, la ciclista de Varea hizo su debut en el ciclismo profesional en el Lointek, concretamente en 2013, equipo en el que permaneció hasta finales de la temporada 2015. A partir del curso siguiente, comenzaría su andadura en el Cylance Pro Cycling estadounidense, su actual escuadra.

Amante del rock nacional, punk-rock (Boikot, Extremoduro, Marea, Platero, Fermín Muguruza, entre otros) y géneros similares, Sheyla sólo perdió su característica sonrisa después de su triunfo durante unos segundos. Fue junto al resto del equipo, mientras sus compañeras le cortaban su preciada rasta, la cual desaparecería si conseguía su primera victoria. Dicho y hecho. Sólo nos queda desearle lo mejor para este 2017.