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Daniel Galera / Manuel Bernáldez 

Las guerras marcaron los inicios  (1935-1950)

El lunes 29 de abril de 1935 se ponía en marcha la primera edición de la Vuelta Ciclista a España, con 50 corredores que recorrieron 3.425 kilómetros en catorce etapas, diez de las cuales superaban los 250 kilómetros. En aquellos tiempos, se corría con bicicletas de hierro muy pesadas y los ciclistas tenían que soportar múltiples pinchazos que debían reparar ellos mismos.

El honor de ser el primer vencedor de la ronda española fue a parar al belga Gustav Deloor, quien aventajó en doce minutos al segundo, el español Mariano Cañardo. Deloor volvería a llevarse la victoria al año siguiente e incluso pudo ayudar a que su hermano, Alfons, finalizara segundo. Lamentablemente, Cañardo no pudo repetir el buen papel de la primera edición debido a una caída provocada por un perro que se le cruzó en su camino.

La Guerra Civil y la II Guerra Mundial retrasaron hasta 1941 la tercera edición de la Vuelta, de absoluto dominio nacional dado que el conflicto bélico que asolaba Europa hizo que tan sólo cuatro extranjeros (todos suizos) acudieran a la cita. Julián Berrendero fue el primer corredor local que ganó la prueba. A su vez, Delio Rodríguez logró la machada de salir victorioso hasta en 12 etapas en aquella edición, un hito al alcance de muy pocos. Berrendero repitió triunfo en 1942 y se convirtió en el primer ídolo español de la ronda.

Foto: Así se anunció la primera edición de la Vuelta a España

La delicada situación económica del país obligó a la Vuelta a tomarse dos años de ausencia. En 1945, el velocista Delio Rodríguez logró, por fin, su tan ansiado triunfo en la general, sacando media hora al segundo gracias a una escapada en la segunda etapa. Dalmacio Langarica se coronó en 1946 mientras Rodríguez seguía coleccionando etapas, hasta sumar 38 al final de su carrera. Después del doblete de Deloor en las dos primeras ediciones, otro belga, Edouard van Dyck, se impuso en 1947. Le sucedió Bernardo Ruiz, dominador absoluto de una edición en la que también se llevaría la clasificación general de la montaña.

Tras un nuevo año sin celebrarse, la Vuelta retomó su actividad en 1950, con dos hermanos como protagonistas: Emilio y Manuel Rodríguez, primero y segundo en el podio. Fue una edición bastante mediocre, ya que únicamente se personaron en la salida un total de 42 corredores (34 españoles).

Bahamontes y Loroño (1955-1965)

La Vuelta volvió en 1955, cuando resurgió con 106 ciclistas repartidos en 18 equipos nacionales. La participación española fue de auténtico lujo, con figuras de la talla de Federico Martín Bahamontes, Jesús Loroño y Miguel Poblet. Sin embargo, el desconocido francés Jean Dotto fue el inesperado vencedor gracias a su audacia para meterse en la escapada buena y su pundonor para resistir los ataques de unos y otros. En 1956, llegó el primer italiano ganador de la gran prueba nacional: Angelo Conterno.

Un año después, Jesús Loroño, protagonista de una escapada en la que aventajó en 21 minutos Águila de Toledo, se llevaría el gato al agua. El primer español ganador del Tour finalizó subcampeón en dos ocasiones, antes de la gran batalla en 1958 entre Loroño y el manchego. Sin embargo, el marcaje entre ambos fue aprovechado por el francés Stablinski, que sumó la Vuelta a su palmarés. La edición de 1959 tuvo el aliciente de contar con la figura de Fausto Coppi, quien venía a España tras lograr cinco Giros, dos Tours, un Mundial y el récord de la hora.

La Organización le pagó 11.000 pesetas diarias para que corriera en terreno propio, pero Coppi, venido a menos tras su etapa gloriosa, firmó una participación bastante discreta. Bahamontes -ganador ese año del Tour- y Loroño volvieron a fracasar en sus aspiraciones y, finalmente, el también español José Suárez se llevó el gato al agua gracias a la gran contrarreloj que cuajó entre Eibar y Vitoria.

Foto: Bahamontes, en la Vuelta de 1959

La Vuelta de 1960 será recordada por el alto número de abandonos durante el recorrido y por la expulsión de Bahamontes después de llegar fuera de control. Al parecer, el toledano se había peleado con un aficionado que le estaba insultando, un acto que fue penado con la sanción más extrema. La victoria final sería para el belga Franz de Mulder.

El valenciano Angelino Soler ganó la Vuelta de 1961 en su primera participación, en una edición muy disputada. Una temporada más tarde, Jacques Anquetil, el principal favorito, tuvo que retirarse de la competición por una gastritis en la última etapa. El alemán Rudi Altig se llevó el triunfo final. Sin embargo, Anquetil, volvió al año siguiente y controló la carrera de principio a fin.

Otro galo, Raymond Poulidor se llevó la ronda española de 1964, marcada por su victoria en la contrarreloj entre León y Valladolid. En 1965, todo estaba predispuesto para que Poulidor repitiera triunfo en la general, pero el alemán Wolfshohl, su propio gregario, le arrebató el triunfo. Líder después de una fuga, comentó que seguiría trabajando para su jefe de filas, pero, sólo dos días después, y gracias a otra nueva escapada, obtuvo la ventaja suficiente para levantar el trofeo de campeón.

Crisis financiera (1966-1976)

Los graves problemas económicos del organizador de la Vuelta, el diario El Correo Español-El Pueblo Vasco, estuvieron a punto de dar al traste con la edición de 1966. Así, la incertidumbre dejó a la carrera sin varias de las figuras internacionales, un hecho que aprovechó Francisco Gabica para vencer en la Vuelta tras cuatro años de triunfos foráneos. Además, el equipo Kas arrasó, ganando la general, la montaña y seis etapas.

Por suerte, la Vuelta volvió con más fuerza al año siguiente, con la presencia de nombres ilustres del pelotón mundial, Pese a todo, el  holandés Janssen, uno de los tantos ciclistas anónimos de la época, copó las portadas de los principales medios tras coronarse en la prueba española. Durante la disputa de la edición de 1968, un artefacto explotó en la 15ª etapa, entre Vitoria y Pamplona minutos antes de que pasara el pelotón. Al final, el más listo de la clase fue el italiano Gimondi, quien, con su victoria, se convirtió en el segundo ciclista en la historia, tras Anquetil, en lograr las tres grandes rondas por etapas.

1969 vio el nacimiento del nuevo ídolo del ciclismo español: Luis Ocaña. El de Priego finalizó segundo, a pesar de ganar tres etapas y la montaña. Cuatro años después, llegó a su máximo apogeo logrando el triunfo en el Tour. Ocaña se desquitó del segundo puesto en 1970, con la victoria en la Vuelta por delante de Agustín Tamames, el cual había llegado como líder a la última etapa, una contrarreloj de 29 kilómetros entre Llodio y Bilbao.

Foto: Luis Ocaña, en la Vuelta a España de 1974 © Archivo MARCA

Ocaña y Tamames eran los favoritos en la edición de 1971, pero la cita nacional tenía guardada una nueva sorpresa. El belga Ferdinand Bracke ganó una Vuelta en la que Luis Ocaña sólo pudo ser tercero. Por su parte, los ciclistas extranjeros se adjudicaron casi todas las etapas. En 1972, las cosas fueron totalmente diferentes. La victoria final fue para José Manuel Fuente, El Tarangu, y el equipo Kas repitió la exhibición del año 66 arrasando con todo.

La 28ª Vuelta a España mostró el duelo más espectacular que se podía ver en aquellos tiempos: el belga Eddy Merckx, El Caníbal, contra Luis Ocaña. La lógica se impuso y el de Meensel-Kiezegem confirmó su hegemonía. En 1974, José Manuel Fuente se convirtió en el tercer corredor en vencer dos veces la Vuelta. Lo hizo con emoción, ya que aventajó al portugués Joaquim Agostinho en sólo 11 segundos. De nuevo con emoción y poca diferencia, 14 segundos, se decidió la edición de 1975.

Esta vez, fue Tamames quien sorprendió en la crono final en el velódromo de Anoeta. Decepción absoluta para los favoritos, Perurena y Lasa, dos guipuzcoanos que esperaban llevarse la victoria ante sus paisanos. La sorpresa siguió al año siguiente. El ganador fue José Pesarrodona, el cual logró la machada sin ganar ni una sola etapa y dejando a Ocaña otra vez sin su ansiada Vuelta.